Mariona Falcó e Irene Bou
, por Arnau Sorribes, 3 Tiempo mínimo de lectura
Los inicios nunca son fáciles.
Ser emprendedor suena muy bien pero la realidad es que tienes que aprender muchas cosas y muy rápido , para conseguir llevar tu proyecto a buen puerto y no quedarte sin gasolina en mitad del camino.
Hemos compartido desde siempre un espíritu emprendedor, luchador y valiente. ¡Incluso compartimos el mismo día de cumpleaños! Nacimos un 24 de enero, con tan sólo media hora de diferencia. Puede decirse que casi somos gemelas y, de hecho, nos sentimos así. La casualidad volvió a juntarnos de mayores, mientras trabajábamos en un hotel. Ambas teníamos la necesidad de crear un proyecto propio en el que creer y proyectar nuestra forma de ser y de entender el mundo. También nos unía una gran pasión por la gastronomía y una gran estima por nuestro territorio. Sabíamos que en Girona, tierra de grandes y estrellados chefs, faltaba un espacio para vivir experiencias en torno al mundo culinario.
Así que, ¿por qué no crearlo nosotros?
Enfocamos nuestro proyecto inicial en abrir una pequeña tienda gastronómica rellena de productos artesanos y locales. Lo evolucionamos hacia un servicio de catering que respondía a esa misma filosofía. El mundo del catering fue toda una escuela para nosotros. Escandallar, cocinar, organizar, realizar los pedidos… pero, sobre todo, aprender a gestionar los momentos de nerviosismo y buscar soluciones sin perder la calma. Al inicio, las horas no son productivas. Dedicas mucho tiempo a todo esto, porque te falta tanto conocimiento... En este punto, es inevitable el desgaste físico y psicológico, a los que se suma un retorno de beneficios mínimo. Pero, sin saber cómo, te levantas cada día llena de energía, dispuesta a comerte el mundo. Ya lo dicen…
Cuando emprendes, ¡te vuelves de otra raza!
Después de seis primeros meses de locos, tuvimos la necesidad de parar. De parar por pensar.
¿Hacia dónde queríamos ir?
Esta reflexión nos sirvió para tejer una pequeña infraestructura y organizarnos mejor. Además, pudimos ver nuevas necesidades y nichos de mercado. A las personas les gustaba que les explicáramos la historia y procedencia de cada producto, querían saber con qué podían acompañar cada bocado... Vamos.
El nuevo proyecto de Local Market se vuelve a renovar y apostamos por un Aula Gastronómica . Tenemos la sensación de que volvemos a empezar desde cero, pero lo cierto es que nos acompaña el bagaje de todos estos primeros años en los que hemos aprendido mucho. Ahora sabemos que lo más importante es creer en ti mismo y que es necesario reinventarte para adaptarte a las necesidades de las personas. La gente ya no paga sólo por un servicio, ahora quiere vivir experiencias.
Sólo hay una forma de emocionar y es hacer las cosas desde el corazón.
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Autor
Jordi Rosich
Joyero, clavador, gemólogo y diseñador por la UB y el JORGC. Especialista en diamantes naturales.