Una joya para complacer a una persona amante de las líneas puras y de la elegancia de la simplicidad.
A veces se piensa que un solitario gustará a todo el mundo. Es una joya de una gran simbología y solo eso ya justifica la ilusión que hace cuando se regala, pero, precisamente por su simbología, es un anillo que en la mayoría de casos se llevará siempre. Por eso es muy importante que el solitario se ajuste a los gustos y al estilo de la persona que lo ha de lucir, e incluso a su personalidad. En Roosik & Co. se es muy consciente de esta realidad y por eso hay solitarios muy diferentes. A una persona que por lo general tiene un estilo minimalista, le gustará el solitario de la colección Eternal de Roosik & Co. En este anillo, además de la línea estilizada del metal, destaca el clavado de un diamante de 0,25 quilates, de forma que la piedra no sobresale de la línea del anillo y así queda perfectamente integrada en la montura, y compone una pieza de una gran armonía y discreción que, en cambio, conserva inalterable el simbolismo de todo solitario.