La tanzanita es una de las piedras preciosas más valiosas y al mismo tiempo poco conocidas. Es mil veces más rara que el diamante porque sólo se encuentra en un solo lugar: al pie del Kilimanjaro, cerca de las colinas del Merenario, en el norte de Tanzania. Se la considera el “diamante indio” por su rareza. La tanzanita se formó hace 5 millones de años, pero no fue descubierta hasta 1967. Se atribuye su descubrimiento a Manel D'Souza, sastre de profesión y buscador de oro y de gemas en su tiempo libre. Dicen que D'Souza logró la tanzanita gracias a un miembro de la tribu Massai y, en un inicio, creía que era un zafiro.
La tanzanita pertenece a la variedad de las Zoisitas, un mineral del grupo de los silicatos. La luz hace que su color sea variable, desde el azul ultramarino al azul zafiro, siendo el más popular y apreciado su tono azul saturado-liloso. Es una piedra delicada, ya que su dureza es de un 6,5 a 7 sobre 10 de la escalera de Mohs.
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