Cuando eliges la rosa de Sant Jordi te planteas si prefieres la que tiene
¿los pétalos más abiertos o la que es más poncella?
Una luce en su máxima plenitud y esplendor.
El otro, más tímido, te permite disfrutarlo durante varios días más.
Si la rosa escogida es un solitario también puedes hacerte la misma pregunta:
lo prefieres con un diseño con anilla cerrada
o ¿acaso te atreves con un modelo de anillo abierto?
Sea cual sea la opción escogida,
tienes la seguridad de que incluso en la versión abierta,
esta rosa te va a durar hermosa para siempre.
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