Tengo 37 años, más de 300 pares de zapatos, 4 cargos empresariales, dos hijos y un hombre maravilloso, y no en este orden pero todo forma parte de mi vida y no cambiaría ni una coma.
Nací en el seno de una familia abocada al servicio a las personas. Soy la tercera generación de un hotel precioso en la Costa Brava donde los clientes repiten cada año y forman parte de nuestra segunda familia. Mis padres me enseñaron que el respeto se tenía que ganar a pulso
y que nada me vendría regalado por el hecho de decirme Carbonell, como la empresa familiar. Por ello, una vez terminados mis estudios no fui a trabajar en casa sino fuera. Han pasado muchos años y no me he arrepentido nunca. Eso hizo que quisiera mucho mi tierra y mi negocio, y me dio alas para llegar aún más lejos.
Actualmente dirijo el Hotel Carbonell de Llançà, pero también tengo una agencia de comunicación llamada Addictes, soy la Presidenta del Club de Màrqueting de Girona, organizadora de los Premios Cactus a la comunicación, el márqueting i las nuevas tecnologías de Catalunya y, desde hace medio año, también soy la directora de comunicación y márqueting de La Brava Beer, la cerveza Premium inspirada en la Costa Brava.
A todo ello hay que sumar las cuatro cosas que más feliz me hacen y que equilibran la balanza, que son mis hijos, mi marido, mi familia y mi colección de zapatos de tacón.
Mi joyero es mi zapatero.
Tengo una princesita llamada Silvia que me pisa los talones en cuanto a la adicción a los zapatos con sólo 8 años y un hombre que me consiente y que, cada vez que puede, me regala un par de zapatos de tacón. Si tenemos en cuenta los que ya tengo, deben sumar dos o tres centenares. Los zapatos son para mí aquel complemento, junto con las joyas, desestresante y poderoso a la vez. Los zapatos definen quién eres y quién quieres ser. Os tengo que confesar algo ... En mi armario siempre hay mínimo un par para estrenar.
No tengo tiempo de nada. Voy con la agenda a quince días vista, sufro de estrés diagnosticado, duermo poco y como mal pero me apasionan todos y cada uno de los proyectos que hago y no quiero renunciar a ninguno de ellos porque pienso que ya encontraré el momento de hacerlo. Es ahora o nunca.
Soy ambiciosa y pasional a partes iguales y no puedo hacerle nada.
Dicen de mí que soy arisca, pero sólo es porque me gusta ir al grano. No soporto la gente que para decir algo gasta veinte palabras más de las necesarias, creo mucho con el poder de las mujeres y en la buena comunicación. Como decía Oscar Wilde, soy de gustos simples, simplemente me gusta siempre lo mejor.